“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA”

“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA
Cualquier parecido con personas
Lugares o cosas, son pura coincidencia.
Son solamente,
Leyendas de la mente humana.
HOJA, Nº 13
Era gratificante ver con que rapidez aprendían y  asimilaban a la perfección aquellas primeras lecciones. Aun conservo una placa que me dio la juta de la asociación de padres por los desinteresados servicios en aquellos cursos.
En la empresa donde trabajábamos Ernesto y yo, inventamos un juego que jugábamos en las horas del almuerzo, se trataba de coger un diccionario en el que uno de los participantes escogía dos palabras y luego las ponía en conocimiento de los otros y cada participante escribía una historia utilizando siempre aquellas palabras, este sistema se fue ampliando llegando a reunirnos dos tardes por semana en un local del barrio. Debido a una de las palabras que alguien escogió se me ocurrió crear un personaje, este ser de mi imaginación era un vagabundo llamado el “sesos” seso es una de las palabras que entraron en juego y dice el diccionario que es una masa encefálica del cerebro, bueno entre otras cosas, “seso” también es una piedra o hierro con que se calza la olla en el fuego para que esté bien asentada, “asentamiento”.
El personaje “sesos”, era un ser especial, era un vagabundo que no quería posesiones nada en propiedad, para no tener custodia de nada, los intereses creados le asqueaban, cuando se lanzo a vagabundear por las calles fue a raíz de una herencia de su padre, propietario de la empresa donde él era gerente, sintió mucho su fallecimiento, pero fue tan grande el desengaño que le produjo el comportamiento de esta sociedad en la que vivimos, que después de los acosos, primero sus hermanos por el reparto de la herencia, segundo, los intereses de otros empresarios, desmantelado la empresa que su padre había creado con tanto esfuerzo durante muchos años,  por otro lado el gobierno. Por lo tanto viendo que la empresa se estaba desmantelando, decidió quemarlo todo y se lanzo a las calles solo con lo puesto.
A raíz de este juego, nació esta compenetración de criterios entre Ernesto y yo, fue entonces cuando nosotros solos decidimos organizar una historia componiendo nuestros criterios sueltos en uno solo y día a día íbamos tejiendo el entramado de una historia entre verídica y ficticia que, a los dos, cada día nos gustaba más.
 Bueno, si la vida y la salud me lo permiten yo continuare escribiendo.
                                                                                             Andrés Coll Blas

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