“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA”

“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA
Cualquier parecido con personas
Lugares o cosas, son pura coincidencia.
Son solamente,
Leyendas de la mente humana.
HOJA, Nº 11
La hija de Ernesto, pensaba vender el piso y luego regresar a Madrid donde vivía con su hermano, lo que son las cosas o los destinos de la vida, en un segundo se queda sin padre y sin hermano y ahora a emprender otro camino que, quien sabe donde le llevara, son aquellos instantes de la vida, que en unos segundos pueden cambiar nuestro curso habitual.
Hace algunos días que estoy repasando los libros, los apuntes y los diarios escritos de mi gran amigo Ernesto, en estos documentos estoy descubriendo grandes cosas, grandes pensamientos y curiosas vivencias que prometo ir desvelando a lo largo de estas leyendas de la mente, ya que el contenido de este legado comprende más de dos mil folios y a la vez que curioso, es impresionante.
Margarita, se marcho a Madrid después de la venta del piso de la costa y después de entregarme las dos cajas repletas del contenido de la historia escrita de su padre nos despedimos con la promesa de seguir en contacto aun que solo fuera por teléfono, tenia que volver pronto a Madrid porque la agencia de viajes la regentaban su hermano y ella, por lo tanto, no podía demorar más su regreso.
En los documentos heredados, descubrí grandes datos que iré relatando en diferentes capítulos de éste mi libro particular, como por ejemplo la fuerte imaginación de Ernesto al relatar unas historias que solo estaban en su imaginación y que nunca salieron a la luz, también hay momentos eróticos, otras vivencias reales que tampoco nunca había revelado, desmadres políticos, producto de aquella cruda posguerra que tan miserablemente vivió, como otros relatos contados por el padre de Ernesto, que revelaban unas denuncias hechas por envidias que nadie se preocupaba de contrastar si eran reales o no, dando como resultado muchos años en la cárcel por algo que nunca había hecho y que era el producto de una mentira por envidia, así era en aquellos crueles días, la realidad del momento.
Descubrí también, en estas memorias como Ernesto, tuvo una complicidad amorosa con una vecina, que mutuamente se gustaban, pero solo, con una complicidad mental de la que mutuamente jugaban incluso Ernesto si se concentraba conseguía soñar con ella y vivir momentos maravillosos, en aquellos sueños conseguía besarla, acariciarla, y finalmente poseerla.
Bueno, si la vida y la salud me lo permiten yo continuare escribiendo.
                                                                                                                Andrés Coll Blas

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