“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA”

“LEYENDAS DE LA MENTE HUMANA”

Cualquier parecido con personas

Lugares o cosas, son pura coincidencia.

Son solamente,

Leyendas de la mente humana.

HOJA, Nº 6

En mucha ocasiones me da la sensación de que la gente o una buena parte de ella somos egoístas y nos evadimos de los compromisos, hoy como tantos otros días me apetecía estar solo, hoy me he ido a pasear por el pueblo (en muchas ocasiones un pueblo tranquilo) hoy me he recreado en la contemplación de las cosas, (siempre perdido en las profundidades de mis pensamientos), las personas, los animales, que son los pequeños o grandes valores que nos rodean y que no reparamos casi nunca, son muchas las veces que siento deseos de observar como una hormiga cargada arrastra un cereal camino de su nido, como unas hojas se balancean en un árbol dibujando mil formas con su sombra en el suelo, también el ir y venir de la gente, unas palomas picoteando algunos restos de comida, la sombra de las cosas como van cambiando de forma por el simple desplazamiento del sol.

Todas estas cosas van sucediendo mientras nuestro cerebro va escribiendo páginas en este misterioso libro de los recuerdos.

Dicen que alguien invento los microchips, pero esta diminuta pieza que almacena miles de datos ya estaba inventada hace ya miles de años.

¿Dónde almacena nuestro cerebro tantos miles de recuerdos ?.

En una de tantas reuniones que hacíamos con Ernesto, él me decía que en muchas ocasiones recordaba cosas que le habían sucedido cuando tenia unos tres años, me contaba que se encontraba acurrucado en el rincón del balcón de su casa y recordaba como sonaban una sirenas y la gente corría por la calle, en aquellos tiempos que sucedía, su delicada cabecita no entendía que pasaba, el porque al sonido de aquella sirena la gente corría, luego al cabo del tiempo comprendió el significado de tales hechos, era en la guerra civil española, cuando venían los aviones bombardeando la ciudad civil sin piedad  y sin importar los efectos que aquello producía en las personas, principalmente los niños que no entendían que pasaba.

Todas las guerras siempre son despiadadas y crueles, pero mucho más cuando en ella mueren personas inocentes que lo único que pretenden es vivir de su trabajo y hacerlo en paz.

Si la vida me lo permite, continuare escribiendo.

                                                                                  ANDRÉU COLL BLAS